Cuanto tiempo sin escribir en este blog, miro la última entrada y la fecha me produce escalofríos.
En fin, como decíamos ayer ...
Llego a casa, tengo sueño, y ganas de hacer una siesta; pero no, q luego me cuesta dormir por la noche. Además, una buena siesta, necesita unos brazos q te abracen y unos labios q te besen, y no, hoy no es el día. Ni hoy, ni ayer, ni mañana, ni ...ya no hay brazos, ya no hay labios; si intenciones reprimidas, por lo tanto, no hay siesta q valga por mucho q la deseemos-
Fuimos a una playa a recoger piedras para adornar una preciosa terraza. Piedras blancas y redondas, o redondinas mejor, y de tamaño intermedio. Después de una larga caminata al borde del mar, y una bajada pelín compli, pisamos la arena y las piedras. Me agaché a coger la primera, uff, pesaba mucho, tanto como tu nombre pesa en mí. Cogí la primera y TÚ, otra mas y TÚ, la tercera y TÚ. Allí te sentía, entre piedra y piedra, las olas te empujaban hacia mí, pero el viento te arrastraba, puede q a ninguna parte, pero te alejabas empujada por la marea de culpas q como el mar, suben y bajan.
Ya en Gijón, comí por Poniente, eché una parrafada en la preciosa terraza y regresé a casa. Volví por ese camino q nos echa de menos, ese paseo q no es mas nuestro porq ya no lo frecuentamos, pero q debería llevar nuestro nombre y una fecha escrita en la arena, en esa arena en la q quise pintar nuestra bandera, una bandera de amor en acuarela.
Ví un puesto de helados y me apeteció un Magnum, me acerqué, pero era de La Ibense y allí no hay Magnum. Proseguí con el ansia de encontrar uno de Nestlé, bieen, ahí está, me acerqué y pedí el ansiado Magnum. Ya no tenemos Magnum, me dijo la vendedora.
Joder, vaya día, ni brazos, ni labios, ni ..un puto Magnum.
No me queda mas q entregarme al abandono, dejarme arrastrar por el viento, o entrar en el mar y q una ola me lleve a ese paraiso dónde, parece ser, alguien nos espera.
Lo pienso mejor y reniego de lo ideado, no pienso permitir q mis sueños e ilusiones se deshagan, entre otras cosas, porq pesan infinitamente mas q las piedras, y lo vivido por mucho q pese, ni lo envuelvo en quimeras, ni lo relego al olvido.
Todo estaba por pasar, recuerdas ?, fué en primavera, salimos a pasear, como si nada ocurriera. Luego fué un beso furtivo, pensé q estabas alerta. Acogiste al fugitivo, en tu boca entreabierta ...
Debería cambiarme el nombre, quizá sea mas oportuno llamarme Esperanza ...
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