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viernes, 16 de mayo de 2014

Fué una reunión agradable, cargada de coloridas anécdotas ,y  un chorro de sensaciones bañadas por aromáticos olores. Ya en la calle, nos despedimos.

Con las manos en los bolsillos de los pantalones, enfilé la calle en dirección a casa. Hacía frío y demasiado viento. No me gusta el viento, pero ayer lo agradecí  como nunca. No me importó su azote en mi cara, muy al contrario, lo disfruté; y lo hice porq la incomodidad q me producía me alejó de pensamientos no deseados. Seguí caminado y de repente percibí una sensación de libertad q ya no recordaba.

Pensé q quizá ese viento fuera el barrendero ocasional q yo necesitaba, no lo sé, el caso es q cuanto mas ventaba, mas libre me sentía, y cuanto mas libre, mas tranquila, y cuanto mas tranquila, mas contenta y cuanto mas contenta,  indudablemente, mas feliz, y cuanto mas feliz, mas viva, y cuanto mas viva, mas despejada estaba mi mente.

Llegué a casa, abrí la puerta y respiré hondo. Me desvestí muy lentamente, como disfrutando de cada movimiento, q cosas ..., me puse el  el pijama y me lancé sobre el sofá. Una vez tumbada, cogí la manta y, como es costumbre en mí, me tapé de pies a cabeza, y cuando digo cabeza, aclaro q me tapo cabeza incluida.

 El silencio me acompañaba y me abrazaba sin rubor alguno. Escuché mi respiración, y me concentré en ella. Empezamos a trabajar juntas, no había prisa, el objetivo era común, alcanzar esa especie de nube desde dónde un@ puede observar lo q ocurre a su alrededor sin ningún grado de implicación. Lo conseguí, fueron unos momentos, pero muy reconfortantes y necesarios.

Alrededor de las 22.00h., sonó el teléfono, preciosa conver.

Hasta mañana, eran las 23.40h ...

jueves, 8 de mayo de 2014

Fué en el colegio, y alguien a quien no voy a nombrar, me dijo: Niñina, parece q naciste jugando !!

Con el tiempo me dí cuenta de cuanta razón  l@ asistía. Jugué a casi todo lo q se me ponía por delante, brûlé, baloncesto, voley, golf, natación, tenis, padel, frontón; incluso me permití un par de partidinos de fútbol. De los juegos de mesa, q decir,  mencantan.
En estas competiciones me jugaba mas q un resultado; me jugaba mi esfuerzo, mi capacidad, mi implicación, y mas q nada, mis ganas de ganar. No recuerdo si fueron mas las derrotas o las victorias, lo q sí puedo asegurar es q además de saber perder, sé ganar, bastante mas difícil, por cierto. Detesto esos gestos de victoria humillantes para el contrario y q suelen ser mas habituales de lo debido.

La práctica de deporte ya no forma parte de mi vida, una pena, pero ... así vinieron las cosas y así las acepté.

Ahora me dedico a driblar los guiños q la vida me proporciona cada día. Aquí ya no es cuestión de ganar o perder, la pelea tiene otro fin: Ser feliz, disfrutar de momentos seguramente irrepetibles, y si se puede, alcanzar la paz soñada junto a la persona mas inesperada. En esto, los valores q me juego difieren a los deportivos, aquí pongo mi empeño en la honradez. Voy de frente, a pecho descubierto y sin coraza dónde esconder aquello q quizá debiera.  Detesto el engaño y la mentira, aunq a veces necesarios ..., principalmente porq sería engañarme a mi misma, y la verdad,  una ya no está en edad de engaños, ni propios ni ajenos.

No quiero pensar en el mañana, sólo pido tiempo, y el tiempo, tiempo me dará; q en esto de las cosas del querer no alcanza la meta quien mas corre, mas bien quien mejor sabe esperar.

La incógnita será despejada, y siempre será con la deportividad presente, sabiendo perder y sabiendo ganar.