Alguien me dijo: No sabes lo q quieres. En alguna ocasión escuché, q quien no sabe lo q quiere es porq no se conoce. Yo sí me conozco, y quien tan bien me conocía, era conocedora de ello. No discutí, decidí no perder ni  un segundo mas de mi vida en absurdas conversaciones
Observé el mar, miré hacia el horizonte, y me propuse enterrar allí todo aquello q me produjera insatisfacción. Entré, sin ninguna prisa, pero con la seguridad de q a la salida, mi mente estaría limpia de cualquier desazón.

Y nadé,, nadé hacia uno y otro lado, sin seguir un rumbo fijo, de repente me paré, hice el muerto; me sumerjí y abrí los ojos, esta vez iba sin gafas y cuando saqué la cabeza, me picaban un poco; jugué a q estaba en una isla desierta, me imaginé nadando con alguien a mi lado, alguien q me recordara la ternura ahogada; el sol detrás; volví a nadar disfrutando de lo q veía, fragmentos de cielo y nubes deshechas. Esta imagen me gustaba y seguí nadando hasta q me dí cuenta q, para mí, nunca habría tiempo suficiente para seguir admirandola. Fué entonces cuando decidí q era hora de salir del agua. Volví a mi toalla y reflexioné.

Me dí cuenta de q cuando te molesta algo de alguien, hay algo en tí q te molesta todavía mas. Tambien me dí cuenta, de q si te obsesiona "la boca del lobo", por raro y extraño q parezca, debes de meterte en ella; porq pasar absolutamente, aparte de improbable, se me hace imposible. Tb me dí cuenta de q el amor, en esta ocasión, no lo podía todo, q era mejor llevarse bien con el todo y dejar q el amor, de existir, asomara la cabeza.

Ya todo pasó, y ahora soy capaza de ver q ese todo no era lo q yo quería en mi vida. Q lo q de verdad quiero es lo q ahora tengo, a TÍ, a quien incondicionalmente amo. Lo demás, está de más.
Q no hay noche sin día, pero sí días y noches q nunca deberían de tener fin, mas q nada porq cuando el amor te envuelve de forma ienesperada, los nudos son difíciles de desatar.

En ello estamos ...